Algunas historias te detienen en seco. Esta se siente como un golpe directo al pecho.
Un hombre estaba sentado en el estacionamiento de Home Depot con su bebé en el asiento trasero. Él es ciudadano estadounidense. Su bebé es ciudadano estadounidense. En cuestión de momentos, agentes de ICE lo sacaron de su carro, se llevaron su vehículo y se marcharon con su hijo todavía sujetado en el asiento trasero. El momento en que ICE se llevó a su bebé se convirtió en una pesadilla que ningún padre debería vivir jamás.
Pasaron horas antes de que el bebé fuera devuelto. El pañal estaba sucio. La mejilla del niño estaba golpeada. El padre no sabía si su bebé estaba seguro o siquiera vivo. Y esto ocurrió en suelo estadounidense.
Lees historias como esta y te preguntas cómo algo así es posible. ¿Cómo una agencia federal puede llevarse a un ciudadano y a su bebé, conducir lejos y llamar a eso una acción de “cumplimiento de la ley”?
¿Cuántas líneas deben cruzarse antes de nombrar esto como lo que es: un aterrador abuso de poder que podría pasarle a cualquier familia que “coincida con la descripción” en los ojos de un oficial actuando sin control?
La parte más dolorosa no es solo lo que pasó. Es saber cuántas familias ya viven con ese miedo todos los días. Demasiadas personas temen que una diligencia rutinaria, recoger a un niño en la escuela o una compra en el supermercado pueda convertirse en una pesadilla porque alguien con autoridad decidió que “parecen sospechosos”.
La creciente historia de detenciones injustas de ICE y separaciones de niños

Incidentes como este caso en Home Depot no son aislados. Reportes de la última década muestran repetidas situaciones en las que ciudadanos estadounidenses y residentes legales fueron detenidos injustamente, interrogados o dañados por autoridades migratorias a pesar de tener estatus legal completo.
En varias investigaciones, ciudadanos estadounidenses fueron retenidos por horas o incluso días porque los oficiales dependían de bases de datos defectuosas, información desactualizada o simples suposiciones basadas únicamente en apariencia o idioma. Familias han descrito cómo agentes se llevaron a niños durante redadas laborales, paradas de tráfico e incluso en sus propios hogares, con poca explicación y sin oportunidad inmediata de intervenir.
Estos casos revelan fallas sistémicas: falta de coordinación entre la policía local y agentes federales, entrenamiento insuficiente y ausencia de mecanismos claros de responsabilidad cuando ciudadanos resultan perjudicados.
El impacto emocional en los niños es profundo. Muchos desarrollan ansiedad crónica, pesadillas, retrocesos en su desarrollo y una fuerte desconfianza hacia las autoridades. Para los padres, el temor nunca desaparece del todo. Estos patrones plantean preguntas serias sobre cuántas acciones de “cumplimiento” se realizan de forma incorrecta y cuántas familias están sufriendo en silencio, sin atención pública ni apoyo legal.
Historias como esta nos recuerdan que los derechos no significan nada si pueden ser ignorados. Y demuestran que la mala aplicación de la ley no solo afecta a personas indocumentadas. Afecta a ciudadanos. Afecta a niños. Afecta a todos.
Entonces, ¿qué hacemos ahora?
Damos visibilidad a estos casos. Alzamos la voz. Apoyamos a las familias que enfrentan estos abusos. Y, sobre todo, aseguramos que nuestras comunidades conozcan sus derechos. Las agencias dependen del miedo y del silencio. La información es una de nuestras herramientas más poderosas.
Qué pueden hacer las familias durante encuentros inesperados con ICE

Las familias que viven un encuentro repentino con ICE suelen sentirse abrumadas e impotentes, pero hay pasos prácticos que pueden proteger tanto a adultos como a niños:
- Las personas tienen derecho a guardar silencio y no están obligadas a responder preguntas sobre estatus migratorio, ciudadanía o lugar de nacimiento.
- Los oficiales no pueden entrar a una casa sin una orden firmada por un juez; la familia puede pedir verla por debajo de la puerta.
- Los padres deben crear un plan de seguridad familiar, incluyendo contactos de emergencia, copias de documentos importantes e instrucciones de cuidado infantil en caso de detención.
- Los padres también deben designar un tutor temporal mediante un poder notarial para ayudar a garantizar que los niños no sean puestos bajo custodia estatal durante una crisis.
- Los niños deben aprender, de forma adecuada para su edad, a quién llamar y qué hacer en una emergencia.
- Los miembros de la comunidad pueden documentar encuentros anotando números de placa y conducta de los oficiales cuando sea seguro hacerlo.
Estas medidas no eliminan totalmente el riesgo de una detención errónea, pero fortalecen la capacidad de respuesta de una familia y reducen el caos que sigue a una separación repentina. La preparación se convierte en un salvavidas cuando las agencias actúan fuera de sus límites.
No estás solo, y tu familia merece protección
En Qazi Law Offices, defendemos a las familias que han sido maltratadas, ignoradas o perjudicadas por autoridades migratorias. Si tú o alguien que conoces ha sido atacado, amenazado o lastimado por un oficial, no estás solo. Mereces ser escuchado, protegido y defendido.
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Permítenos ayudarte a proteger a tu familia y tus derechos.
Nadie debería vivir con miedo de perder a su hijo en un estacionamiento.
No aquí. No nunca.